En unos días podrían retomarse las obras de reconstrucción en el monasterio de Santa Ana y Santa Magdalena de clarisas después de que el Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura haya conseguido una ayuda que permitirá financiar los trabajos hasta su conclusión total. El convento resultó gravemente dañado como consecuencia de los terremotos, por lo que hubo que reconstruirlo prácticamente en su totalidad, siendo la capilla la zona más dañada, ya que llegó a colapsar durante los movimientos sísmicos. Los regantes de Alicante, Almería y Murcia financiaron las obras aportando un céntimo por metro cúbico de agua de riego consumida, con lo que se consiguieron recaudar casi dos millones de euros.
Los trabajos finalizaron hace un año, cuando se llevó a cabo el acto de consagración del templo, pero aún restaba la reconstrucción de la biblioteca, la casa de los mandaderos, la del cura y la capilla del cementerio. Estas dependencias se ubicaban junto a la iglesia del monasterio y con el dinero sobrante de los regantes solo se pudo abordar la estructura. Sin embargo, las distintas gestiones realizadas por el presidente del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura, José Manuel Claver, con la Comunidad Autónoma han permitido una ayuda que servirá para sufragar los gastos de la finalización de la recuperación del monasterio.
En estos momentos se están llevando a cabo todos los trámites necesarios para hacer efectiva la subvención, según reconoció ayer a ‘La Verdad’ la abadesa del monasterio, la Madre María Jesús. Aseguró que «lo que más nos preocupaba era poder reconstruir el tejado del cementerio, ya que la capilla al colapsar cayó sobre él. Las obras las hemos ejecutado, aunque los obreros estaban pendientes de cobrar, algo que esperamos poder hacer en los próximos días». También se refirió a la finalización del resto de obras. «Esa zona fue demolida tras caer la torre y está en estructura desde hace un año. Gracias a la tramitación de los regantes podremos concluir los trabajos y recuperar la normalidad».
En la planta baja se construirá la casa del cura y la de los mandaderos; en el sótano habrá espacio suficiente para el belén y almacén; y en la primera estará la biblioteca del monasterio, que estará unido al coro de la capilla a través de una puerta. Con su finalización también se podrá reconstruir el muro en esa zona.
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